Aunque la construcción de esta pieza es compleja, su diseño es orgánico y fácil de entender. Walky está compuesta por piezas artesanales de madera sólida, que se logran unir gracias a una columna vertebral que rige su estructura, similar a la nuestra, los seres humanos.
No obstante, el rasgo más distintivo y que le da carácter a esta silla son sus zapatitos. Estos son instantáneamente reconocibles y es lo que atrae a la mirada, ya que de manera inconsciente los relacionamos con una persona.
En esencia, Walky es nuestra interpretación de la dinámica experiencia que vivimos en un Café Bistro, ya que ir a un café no sería igual de mágico sin un asiento que nos permita deleitar la presencia de otras personas y de observar el comportamiento aleatorio de una ciudad y sus habitantes durante unas horas, o incluso durante todo el día.
Al observar esta silla, diseñada con cualidades humanas, es muy fácil que una sonrisa se dibuje en nuestro rostro. Nos provoca buscarle un sentido e incluso otorgarle un nombre para relacionarla con nuestras experiencias personales de vida. Si al ver esta silla también sonríes, entonces Walky ha cumplido con su objetivo, el de evocar una reacción a partir de una remembranza.